21.1.23

Restaurante Ikea Asturias. Sin gluten

Había leído que en los restaurantes de Ikea se puede comer bien sin gluten. Así que fui decidida a comprobarlo al Ikea de Asturias, situado en el Parque Principado.

De la comida de los expositores que ya está preparada no recomiendan coger nada ya que puede sufrir de contaminación cruzada, así como de la que tienen en el mostrador que ellos te sirven. Sí que me arriesgué con la copa de macedonia de fruta, confiando en que la prepararían alejados del resto de alimentos. También tienen fruta sin pelar, por lo que si desconfiamos, siempre podremos coger una de estas piezas.

Así que hay que preguntar qué tienen ese día. En esa ocasión me ofrecen varias opciones y me decido por las lentejas estofadas y las albóndigas vegetales con tajine de verdura, además de pan sin gluten. Había más opciones que no probé ya que tenían lactosa.

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Tengo que esperar unos 15 minutos mientras lo calientan ya que viene preparado y cerrado en recipientes especiales para que no se contamine.

Las lentejas estaban deliciosas y, para mí, era un planto abundante. El pan, riquísimo. En cuanto a las albóndigas, pues resultaron bastante secas. Pregunté si me las podía llevar a casa y me las guardaron en un táper. Las congelé y las preparé unos días más tarde con una salsa de tomate y arroz integral; de esta forma, sí se podían comer.


Disponen de cerveza sin gluten, San Miguel.

La atención fue estupenda, se ve que han recibido formación al respecto; aunque les falló el tema de los platos, ya que me pusieron los táperes encima y no me decidía si verter el contenido en ellos o comer directamente del recipiente.

Después de comer, visita obligatoria y compras de cosas que no necesitas, pero que no puedes irte sin ellas: unas plantas, un póster precioso con la cabeza de tigre que compartiré en mi blog literario Rassel una gata de biblioteca, por supuesto, el marco para colgarlo, otros 2 marcos más pequeños para mis acuarelas, una bandeja, paños de cocina.

Por alguna extraña razón, en todas las veces que fui a Ikea nunca pasé por la tienda de alimentos. Esta vez me pudo la curiosidad y comprobé que tenían todos los que servían en el restaurante, algunos congelados, otros en nevera, y muchos con la mención sin gluten. Me fui con la tarta sin gluten, esa de chocolate que siempre tienen cortada en raciones.

Esta ha sido la primera vez que como en el restaurante de Ikea y no me pongo enferma. Está claro que tenía problemas con el gluten desde hace años, pero ni a mí ni a los médicos que consulté sobre mis síntomas se nos ocurrió que podría ser el gluten. ¡Más vale tarde que nunca!

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