Septiembre, 2024. Día entero para conocer la zona turística y cultural de Cáceres.
Todo se mueve de la Plaza Mayor del Ayuntamiento hacia arriba y me queda claro que, a lo largo de la mañana y la tarde, me tocará subir y luego bajar y otra vez por la tarde. Merece la pena, siempre, conocer, en este caso, más palacetes que otra cosa, ver en primera persona los lugares en los que vivían los pudientes de siglos pasados.
La tarde anterior había visto que en el Restaurante Mayor 33 tenían en el cartel gigante de menú que había fritura y parrilla sin gluten, así que una vez llegada la hora de comer, bajamos y nos disponemos a pedir.
Me decidí por sepia a la plancha con ensalada, en lugar de patatas.
Es un plato sencillo y no hay que pedirle más. El pan 'gluten free' tenía buen sabor, pero llegó medio descongelado. Pude comer la parte cocida y fue suficiente.
Observo que la mayoría de los restaurantes de esta zona ofrecen pan sin gluten. No supongamos que controlan la contaminación cruzada: hay que insistir porque nuestra salud está en juego.
Solo quedaba cenar ese día porque, al siguiente, volvíamos a casa parando en Zamora 4 horas para comer y conocer un poco su casco antiguo. Lo cuento en dos entradas ya que conseguí comer riquísimo y, además, tomarme un helado en La Valenciana antes de irme.
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