Quería celebrar un día especial en el Restaurante El Palace de Gijón, 100% sin gluten.
Conocía el antiguo local en el que está situado desde hace
años. Está al lado del Ayuntamiento y del Puerto Deportivo, en una zona
de terraceo diurno y nocturno: Plaza del Marqués, nº 3, teléfono:
985341368. Antes de la remodelación, quería haber pasado por allí cientos de veces, pero
lo fui dejando y dejando hasta ese día de junio de 2023.
La carta tiene pocos platos, según cómo se mire. Para mí, son suficientes y podría ir en más ocasiones para probar otras cosas. Además, soy de las que piensa que cuantas más opciones, más dudas y más tiempo se pierde para decidir qué comer.
Fui el día de mi cumpleaños y me ha quedado buen recuerdo, salvo porque no pude comer ningún postre ya que todos tenían lactosa... Eso, y de nuevo, la cerveza sin gluten, pero con alcohol.
Siempre que voy a comer a restaurantes que ofrecen opciones sin gluten y sin contaminación cruzada, lo comento. Hay cerveza sin gluten y 0,0. Hay personas que no beben alcohol porque no quieren, no les gusta o no pueden, y solo nos queda la opción de agua o refrescos. Sinceramente, no me encanta la cerveza y solamente la tomo cuando voy a comer fuera, por eso insisto en la opción -que la hay- de que sea sin gluten y sin alcohol.
Espero que poco a poco, al igual que cada vez hay más opciones para comer sin gluten en hostelería, también se consiga lo mismo con la cerveza y los postres sin lactosa. Tan fácil como tener un yogur de Kaiku o un flan de huevo de Dhul, que nos conformamos con poco.
Todo delicioso. Calamares, ensaladilla rusa, el pan. Y a mis dos acompañantes (sin problemas con el gluten) también les gustó mucho lo que escogieron: pulpo a la gallega y lomo bajo de Angus, con patatas y pimiento. Y sus postres (sin gluten): tarta de manzana con helado de vainilla y cremoso de chocolate con helado de naranja.
Lo dicho, que tengo intención de volver para probar otras delicias.
Las vistas:
En cuanto al ambiente y decoración, El Palace es una preciosidad. Varios comedores pequeños arriba, la terraza en la plaza y otra en la calle de atrás a la que se accede por la cuesta y, también, desde el interior del local.
Está en el precioso barrio de Cimadevilla, todo el día para abajo y para arriba, pero merece la pena la visita, mejor antes de comer para que se te abra el apetito, o después, para aliviar la digestión. A tú elección lo dejo.
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