Se trata de una guía práctica escrita por el padre de una niña diagnosticada como celiaca. Él es enfermero y decidió aplicar en su casa las técnicas de limpieza de manos, espacios y materiales que se realiza en los quirófanos de los hospitales.
Cada casa es un mundo y cada familia con un miembro celiaco o, en mi caso con sensibilidad al gluten, diferente. De lo que se trata es de, sin obsesionarse, mantener los espacios compartidos lo más libres de gluten que se pueda. Reconozco que es muy complicado cuando hay varios miembros y solo uno debe suprimir el gluten; pero todo es ponerse, concienciarse y colaborar por el bien común.
Además de enseñarnos a lavarnos las manos y acondicionar la cocina (es el espacio en el que se puede crear más contaminación cruzada), vamos a encontrar notas sobre etiquetado de productos, un especial muy interesante sobre el arroz, trucos de cómo hacer búsquedas en Internet para encontrar artículos con información fiable, almacenaje de comida, limpieza y uso de utensilios de cocina, etc.
Comentando un poco mi experiencia: me está costando que las personas cercanas entiendan el tema de la contaminación cruzada. Aceptan que no pueda comer con gluten, pero el otro asunto está resultando bastante difícil que lo asimilen. Si cuento esto es porque un libro como Antigluten. Cómo reducir la contaminación cruzada en casa sería un buen regalo para esos familiares y amigos que nos quieren, pero que se enfrentan a una nueva situación cuando van a comer con nosotros a un restaurante o nos invitan a su casa.
Como ejemplo, te puedo contar que alguien muy cercana a mí no me ha tenido en cuenta en 3 celebraciones. A la primera asistí con el bolso llenos de comida sin gluten, no fuera a ser que me quedara sin poder degustar el menú. A la segunda, no fui ya que conocía el restaurante y estaba segura de que sería imposible comer nada allí con garantías. En la tercera ocasión, yo misma llamé al restaurante y me confirmaron que cocinaban para celiacos ya que la hija y la hermana del dueño lo eran. Además, en los últimos 4 cumpleaños de su hija; incluso llegó a decir en la última ocasión que ella no se preocupara de si los aperitivos y la tarta que encargaba no los podía comer alguno de los invitados. Vamos, incomprensión total y absoluta que me ha llevado a callarme, ir y llevar mi propia comida para evitar enfrentamientos.
Una persona con celiaquía o sensibilidad al gluten (mi caso) puede sentirse muy solo e incomprendido cuando otras personas no le dan importancia a su problema con la comida; mucho más doloroso es que esta indiferencia venga de la propia familia.
He leído varios libros sobre el tema sin gluten. Aunque no todos me resultaron interesantes, de cada uno he aprendido algo. Este me parece bastante completo y ya he puesto en práctica algunas de sus recomendaciones.
Iré compartiendo en este blog esos libros, bien médicos, bien de recetas, y daré mi opinión sobre si merece la pena o no leerlos, o comprarlos. Este: Antigluten. Cómo reducir la contaminación cruzada en casa recomiendo ambas cosas: comprarlo y leerlo varias veces, así como prestárselo a nuestros allegados.
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